sábado, 5 de mayo de 2012

Programas de última generación para atrapar pedófilos


Anahi Aradas
Tecnología procesado de imágenes
La Interpol y la policía utiliza programas informáticos para procesar imágenes tomadas por abusadores.
Cuando la policía atrapa a un pedófilo, de una cosa puede estar segura, con toda probabilidad encontrará montones de imágenes y vídeos.
Un signo distintivo en su "modus operandi" es coleccionar una gran cantidad de imágenes de niños padeciendo abusos sexuales o físicos.
El único aspecto positivo de estos horripilantes hallazgos es que gracias a ellos la policía puede dar con la pista de los culpables.
El lado malo es que puede llevar tiempo procesar estas imágenes ya que se trata de extensos archivos. Algunos llegan a coleccionar millones de imágenes.

Procesado de imágenes

"El procesado de imágenes es importante y cada vez es más difícil debido a lo barato que son los sistemas de almacenamiento", explica Mick Moran, coordinador de la unidad de crímenes contra menores de la Interpol.
El analizar todas las imágenes es vital, dice, no sólo para asegurarse de atrapar al culpable sino para que sea debidamente inculpado.
"El material tiene que ser procesado para encontrar imágenes que no hayan sido vistas antes, las que requieren atención inmediata".
Este material novedoso permite detectar a víctimas todavía desconocidas para la policía y guiarlos directamente hacia los abusadores.
"El 60-90% de los abusos tienen lugar en casa o en el círculo familiar", asegura Moran. "Una vez encuentras al niño encuentras al abusador".

El 'hash'

La tecnología es una gran ayuda cuando se procesan montañas de imágenes. En la Interpol este proceso se realiza a través de una base de datos conformada por millones de imágenes requisadas de abusadores. Las imágenes están en formato Raw (que no han sido retocadas).
Los pedófilos suelen acumular grandes cantidades de material gráfico de niños abusados.
El primer paso en el procesamiento de estas imágenes requiere obtener de ellas una suma matemática conocida como hash, en las que las más viejas se comparan con las nuevas para ubicar a aquellas que no se han visto antes.
El problema aparece cuando las imágenes son alteradas, ya sea en tamaño o, por ejemplo, girando la dirección de la foto de izquierda a derecha, algo que pasa a menudo, ya que este tipo de material se copia muchísimas veces.
"Vemos las mismas imágenes una y otra vez", dice Langford. Las páginas de internet venden imágenes de abusos, a menudo incluso con un logo, dijo el agente, que usualmente altera la suma o hash.
Muchos pedófilos que intercambian material saben cómo hacer pequeños cambios, ya sea alterando el color o tan sólo un píxel, manipulando así la extensión del archivo y así evitando que sean detectadas por sistemas de escaneo, según explica Alex De Joode, jefe de seguridad de la firma de hosting Leaseweb.
Como muchas firmas de internet, Leaseweb procesa las imágenes que se suben al sistema para asegurarse de que no contengan contenidos ilegales.
"Alojamos muchas páginas de contenidos generadas por usuarios", dice De Joode. "Estos sitios son usados por gente que sube pornografía infantil y es algo que nuestros clientes no quieren".
Los abusadores necesitan lugares para colgar sus imágenes, explicó, porque muchos otros lugares donde se dan cita en internet son sólo chats de texto donde sólo se pueden colgar vínculos, no imágenes.
Las listas de hash facilitan el procesado de imágenes aunque su utilidad a menudo es limitada por los cambios que se realizan sobre las imágenes.

El nuevo sistema inteligente

Sin embargo, Microsoft ha desarrollado una herramienta que puede ignorar estos pequeños cambios.
"No podemos controlarlo, es un problema social no un problema policial"
Mick Moran, agente de la Interpol
En lugar de un hash, este programa crea lo que llaman "firma" para cada imagen, que a diferencia del hash, no cambia cuando la imagen se manipula.
"No importa cuánto ha cambiado, las propiedades subyacentes de la firma permanecen iguales", dice Stuart Aston, jefe de seguridad de Microsoft.
Bajo el nombre PhotoDNA, la herramienta ha sido desarrollada para vigilar las imágenes subidas a otros servicios de Microsoft y Facebook. Además, la firma sueca NetClean ha puesto el programa que se usa para categorizar imágenes.
NetClean tiene un largo historial ayudando a la policía a procesar imágenes para atrapar a abusadores. No obstante, en ocasiones, el ojo humano ha probado ser más efectivo que la tecnología.
Cuando los investigadores miran las imágenes, buscan pistas que revelen dónde se tomaron; como paquetes de comida, objetos cotidianos que puedan guiar a la policía sobre su localización.

La muñeca clave

En un caso reciente, explica Moran, el objeto clave fue una muñeca sostenida por una niña. La Interpol compartió imágenes, intervenidas en Boston, con la policía europea porque todo apuntaba a que se trataba de un grupo de abusadores desconocido.
La imagen fue vista por un oficial de policía holandés, quien observó que la muñeca tan solo se podía adquirir en Holanda. En un programa de televisión se pidió al público que cualquiera que conociera a la niña de la fotografía contactara con las autoridades.
Unos padres, impactados al ver la foto de su hija, llamaron a la policía y los investigadores descubrieron que la imagen se tomó en su guardería. Se trataba de uno de los 87 menores que sufrieron abusos en un centro infantil de Ámsterdam.
La investigación ayudó a la policía a arrestar a 14 personas que habían abusado de menores o tomado y compartido fotografías de ellos.
La tecnología y los investigadores pueden trabajar juntos para atrapar a los abusadores, dice Moran, pero todavía se necesita mucho para terminar con este comercio de imágenes.
"No podemos controlarlo, es un problema social, no un problema policial", puntualizó.
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