domingo, 24 de julio de 2011

La escritura o la Web: La distracción en la Red, el nuevo miedo de los autores

La escritura o la Web: La distracción en la Red, el nuevo miedo de los autores
24/07/11

Encerrarse era el método para escribir, pero con la Wi-Fi no hay claustro que resista.

PorTONY PERROTTET, THE NEW YORK TIMES
Traducción: Ofelia Castillo


En 1777, el marqués de Sade, cuyas obras son de una violencia sexual tal que su apellido originó el término “sadismo”, fue arrestado por una larga lista de delitos desagradables, incluyendo uno que los historiadores llaman “El episodio de las niñas pequeñas”. Su presidio fue muy beneficioso, tanto para las niñas como para la literatura: su obra más impresionante empezó en 1784, cuando en su segunda prisión, la Bastilla, que le funcionó como una residencia literaria. Tenía una suite decorada con sus propios muebles, una biblioteca de 600 libros y lo atendía su valet. Cómodo, el marqués entró en un increíble frenesí de escritura, produciendo miles de páginas manuscritas a una velocidad agotadora. Como relata Francine du Plessix Gray en su clásica biografíaEn casa con el marqués de Sade terminó el primer borrador de su novela pornográfica Justine en un arranque de dos semanas, y terminó con el borrador definitivo de 250 mil palabras de Los 120 días de Sodoma en 137 días. Hacia 1788, después de 11 años preso, Sade había escrito 8 novelas y colecciones de relatos, 16 novelas históricas, 2 volúmenes de ensayos, un diario personal y unas 20 obras de teatro. Envidiable.

La distracción literaria parece ser un problema muy moderno. Hoy en día, los escritores distraídos tienden a culpar a Internet, cuyas constantes tentaciones coartan nuestra capacidad de atención y nos reducen a un estado permanente de ansiedad, chequeando el email cada 30 segundos – “como monos masturbándose”, dijo un escritor amigo, frase que el mismo Sade podría haber aprobado–. Pero la historia está llena de escritores que, como el marqués, sólo pueden ser eficaces en un aislamiento extremo e involuntario.


Lea toda la nota en Clarin.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario